Organización Puertorriqueña de la Mujer
Trabajadora (OPMT); 8 de marzo de 2003, San Juan, Puerto Rico
POR CUANTO en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora conmemoramos
el valor, la fuerza moral y la fortaleza de las mujeres que con el trabajo
y con nuestras luchas hemos vindicado nuestros derechos humanos y hemos defendido
la paz con justicia para los hombres y las mujeres, para los niños
y las niñas, en todos los tiempos;
POR CUANTO somos las mujeres las que hemos cargado con el peso mayor de las
funestas consecuencias de la violencia antes, durante y después de
todas las guerras que ha conocido la humanidad; consecuencias que han incluido,
pero no se han limitado a la enfermedad, muerte y desaparición de
nuestros seres queridos (compañeros/as, padres/madres, hermanos/as,
hijos/as), al encarecimiento de los alimentos, de los servicios médicos,
al desplazamiento de familias, al recrudecimiento de la pobreza y de todas
las formas de discrimen y violencia sexual contra las mujeres, a la
propagación del miedo, de la inseguridad y la desesperanza;
POR CUANTO el gobierno de los Estados Unidos se empeña en desatar
la guerra contra Irak, a pesar de la oposición de líderes,
de naciones, de pueblos, de hombres y mujeres que a través de todo
el mundo nos hemos manifestado en contra de la destrucción, de la
venganza, de las ansias de poder y de los intereses económicos que
motivan la guerra;
POR CUANTO a pesar de que no favorecemos el gobierno represivo y cruel de
Sadam Hussein, apoyamos métodos y procesos no violentos para promover
los cambios políticos que garanticen la autodeterminación;
POR TANTO en ocasión de la jornada del Día Internacional de
la Mujer Trabajadora, las mujeres
DECLARAMOS que creemos firmemente en la paz con justicia, en el diálogo,
en la defensa de los derechos y las libertades humanas, y RESOLVEMOS: (1)
escoger, afirmar y defender la paz con justicia para las mujeres, para los
hombres, para los niños y las niñas, para todos los pueblos,
para toda la humanidad; (2) repudiar con todas las fuerzas de nuestro
espíritu todas las guerras -y particularmente la guerra contra Irak;
y (3) solidarizarnos con las mujeres de los pueblos que sufren las amenazas
y los estragos de las guerras.
¡PAZ PARA LAS MUJERES Y PARA LA HUMANIDAD!